Érase una mujer tan hermosaQue hasta Atalanta la envidiabaCuando sonriendo se encontrabaCorriendo por la explanada selvosaComo una ninfa sigilosa.Yo la veía. Y me enamoraba.A un espejismo me afanabaSin ver la realidad enpozoñosaQue escondía su falsa mirada.Ella anhelaba ser libre, sin amarSe fue, dejando mi alma ahogadaSe fue, anhelando ser libre vientoSe fue, queriendo como un ave volarSe fue, sin apenas resentimiento
Uxía Couto, 1º Bacharelato
(sección coordinada por Xosé Pérez Mondelo)
Ningún comentario:
Publicar un comentario